La capital de Pedro


Pedro es un joven dominicano.   Tiene 27 años. Su suerte le permitió estudiar brevemente en Nueva York.  Al terminar, regresó al Distrito Nacional, su casa, su ciudad natal.  Al escucharlo siento como de su boca brota una esperanza fina, una línea delicada de palabras que anhelan un mejor futuro para la capital.

PARQUES URBANOS
“Mandamiento 1: La ciudad del futuro tiene que ser amigable con el ambiente; hay que pensar: verde, verde, verde.”  Eduardo Paes.

“En Nueva York hay muchos parques.  Aunque uno no vaya siempre, es bonito ver los árboles cuando se va a la estación de metro” dice, después de hablar del potencial del Malecón y de la misma Avenida Independencia, zona donde ambos crecimos.  En los últimos 10 años, quizás 15 años, estas extensas zonas han sufrido mínimos cambios físicos, igual que muchas otras en la ciudad.  Las iniciativas de parques que el gobierno municipal actual ha hecho se han enfocado en “retoques” físicos o de manejos de uso en días específicos.  Aunque haya un éxito en espacios como Güibia, por ejemplo, poco puede decirse de las canquiñas, el zooberto, y las aceras, en el mejor de los casos descuidadas, en el peor, destruidas.  Pero eso es solo el primer aspecto…

MANEJO DE DESECHOS SOLIDOS
Mandamiento 4: La ciudad del futuro tiene que usar tecnología para su presencia y gobierno.” Eduardo Paes.

Con sus ojos negros, profundos, Pedro sigue contando su experiencia.  También habla del manejo de desechos sólidos.  “No es que sea una ciudad limpia.  Hay muchos grafitis, muchos posters pegados en las paredes, manchas, gente homeless.  Pero en Santo Domingo la basura es imposible, está en todas partes”.  En mi mente corrían pensamientos de nuestra cultura ruidosa, extrovertida.  ¿Es eso lo que nos hace tirar nuestros desperdicios en la calle?  Pero la sala, la cocina de la casa de Pedro reflejan que no.  Las cientos de casas de amigos, vecinos, colegas que me rodean no son un caos máximo.  La basura se puede manejar dentro y fuera de la casa, y quien está fuera, en nuestro caso, el Ayuntamiento, debe hacerlo con seriedad.  Más de 15 años en el gobierno municipal deberían ya haber pasado los pilotos de zonas ínfimas y lucir lo aprendido.  ¿Es que tenemos un Ayuntamiento que no ha aprendido nada, que no ha dejado su niñez?

TRANSPORTE PUBLICO Y CRIMINALIDAD
Mandamiento 2: La ciudad del futuro tiene que lidiar con la movilidad y la integración de su población.

Poner el tema del transporte público era poner la mano en la llaga, pero tenía que hacerlo.  “Los choferes allá hacen su trabajo y luego se van para su casa.  Las protestas son pocas.  Pero más importante: ¡el sistema funciona!” dice Pedro con una exclamación que me lleva a recorder mi propia infancia.  Más de veinte años atrás, de 11 o 13 años, iba solo en carro público.  Esa escena es hoy muy poco probable.  Nuestro transporte público ha estado vinculado al crimen en todos los niveles –choferes, cobradores, buscadores de personas, sindicalistas.  Junto con los otros criminales hacen de la nuestra, una ciudad imposible, donde se tiene que vivir cada día más paranoico; donde el transporte público lo usa quien no tiene otra alternativa al riesgo que intrísecamente implica.

Con las muchas oficinas públicas ligadas al manejo del transporte, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y todos los aledaños se lavarán las manos.  No obstante, al hacerlo dejan ver su incompetencia en el entendimiento de las ciudades que gobiernan (muchos de ellos por varios períodos), y por consecuencia de la poca visión.

OPCIONES DE SOLUCIONES?  CAMBIO
Mandamiento 4: La ciudad del futuro tiene que usar tecnología para su presencia y gobierno.” Eduardo Paes

¿Cómo crees resolvemos algunos de esos problemas, Pedro? – pregunté.  “¡Y qué se yo!  Yo nunca he estado en política, y el tiempo apenas me da para buscarme mi comida.  Pero con tanta tecnología, podrían preguntar más qué quiere la gente y que haya menos corrupción” responde con la sinceridad de alguien que lo que quiere es que resuelvan para poder materializar su esperanza.


Preguntar más.  Escuchar más.  Hacer más.  Los tres más.  ¡Con tecnología o no!  Y no hay que ser ciego para reconocer que no lo han hecho y que, claro está, en cuatro nuevos años [Roberto Salcedo y su equipo] no lo harán. 



*Historia inspirada en hechos reales.

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