Sobre TC y el derecho a la nacionalidad -respuesta a un amigo

Hace unos días mi amigo JT me escribió para saber cómo me siento trabajando en Haitì después de la decisión del Tribunal Constitucional Dominicano.  Quiero compartir con todos ustedes mi respuesta:

Querido amigo JT,

Esta temporada en Haití está siendo un desafío; no solo por el trabajo, sino porque hay muchos temas que seguir!  Te cuento…

JT, la decisión del Tribunal Constitucional Dominicano suena en Haití como el llanto de un adolescente en la Feria del Libro de Santo Domingo un sábado a las siete de la tarde-noche.  Le hace caso quien está cerca y quien quiere escucharlo.  Sino, a quién le importa.  Creo que hay más bulla con las auditorías para las empresas de Félix Bautista.  No quiero decir que no se hable; sino que el interés no es el mismo.

Desde este lado, esa campaña violenta con acciones retroactivas –de por sí inútiles e injustificadas– me parece el resultado de un complejo de inferioridad, una reacción defensiva.  Pero ¿inferioridad o defensiva ante qué?  ¿Defensiva ante no saber cómo justificar millones en botellas, pensiones, viáticos y aumentos salariales selectivos?  ¿O a déficits presupuestarios que no se reducen por más que se apliquen impuestos al consumidor, a transacciones bancarias, al entreprenariado pequeño y mediano?  ¿O quizás a la inferioridad de resultados significativos, que cambian la vida los ciudadanos o el funcionamiento de los pueblos?

Pero puedo entender, JT, que no todo el mundo lo vea de la misma forma que yo.  Es decir, lo acepto –antes pude haber cometido el mismo error.  De algunos me da rabia por la forma que se expresan, pero lo acepto.  También acepto que tú, amigo, asumiste que esa decisión me pone directamente en riesgo físico.  Es decir, quizás fue solo la forma en que lo expresaste, pero así también se transfieren sentimientos.  Y ambos sabemos que para cambiarnos se necesita un rencuentro casi con dios mismo –si se cree!

Por otra parte, no creas que mi aceptación sea resignación.  No, para nada.  Simplemente es normal no tener mismos pareceres siempre.  Y es normal a veces tener miedo.  Es decir, no quiero que me pase nada en esos barrios; por eso sobrepongo la confianza al temor.  La confianza de mi experiencia profesional, la de la gente buena con la que trabajo, la del sentimiento de que estamos todos en el mismo bote y estamos remando juntos.  En ese aceptar, ceder y emprender es donde se encuentran las soluciones a los problemas –porque en realidad somos una isla y no vamos a moverla remando para ninguna parte.

Por eso, JT, aunque no todo el mundo lo vea de la misma forma hay hechos de las relaciones dominico-haitianas actuales que no se pueden obviar (y otros que son difíciles de...) y en los que RD saca una buena tajada.  Y te quiero citar unos cuantos porque cuando escucho términos como “ingratitud”, “abuso”, algo se me revuelve:


  • Visas por 200 dólares en el consulado: la más cara que he visto en el mundo.  Dime tú donde lo es más?  La cola diaria que veo en el consulado dominicano de Puerto Príncipe será de 100 personas.  Echa el cálculo por mes para que veas.  Cuando fui los que atendían no hablaban  ni francés ni creole a los que querían averiguar algo.
  • Alcohol: La cerveza Presidente, imported from USA, después de la Prestige, es la más consumida en Haití; el ron Bakará es el “ron del pueblo” y es fabricado del lado este de la isla.
  • La prostitución en Petionville: en los alrededores de Caribe Tours hay una serie de por lo menos 10 centros de prostitución dominicanos, incluyendo uno homónimo del “Doll House” del Malecón; todos cuentan con cierto “prestigio” por las dominicanas disponibles y son conocidos por haitianos de toda clase en la capital.
  • Un selecto empresariado de construcción: sostenidas por las relaciones gubernamentales (fiables o no) las empresas de construcción dominicanas ejecutan elevados, contenes y remozamiento de plazas, importando personal desde el este de la isla.
  • Aceros y productos metálicos: todo acero en Haití es importado.  Podemos decir casi con toda seguridad que todo acero en Haití viene de RD. ¿Adivinas de qué empresa?.  Es una pena que haya que sobredimensionar las cosas porque la dimensión real de cada varilla es inferior a la esperada.
  • Cementos: ídem. Últimamente he visto los sacos de cemento Cibao dominar las ventas.
  • Alimentos varios: Sin mencionar el salami, en los supermercados y otras tiendas puedes encontrar Productos Goya, otros Induveca, Jajá, Parmalat, Panes, es más, hasta Bizcochito Esponjoso en las salidas de la ciudad.
  • Medicamentos: las farmacéuticas dominicanas también hacen su agosto.  Estos días, por ejemplo, compré unos antibióticos (ciprofloxacina) de Laboratorios San Luis.
  • Artículos de higiene/belleza: ítems como jabones o productos de pelo son fáciles de encontrar; aparte de eso Cloro Macier, Mistolín también aparecen con facilidad.  Hay par de salones con bandera dominicana enarbolada en Petionville!
  • Plásticos y envases: a pesar de la prohibición hecha por el gobierno Termoenvases es líder para suplir envases para la comida de mediodía.  Las montañas de desechos made in Haiti serán seguramente en 10 años un problema grave para ambos lados, mientras tanto dirán ellos, para qué preocuparse.
  • Remesas: Western Union tiene actualmente una promoción enfocada en los envíos desde RD a Haití.  Quién gana? Vimenca, no?
  • Aerolíneas: MAS con 2 y 3 vuelos  diarios de 300 USD por cabeza.
  • Armas, droga, frontera: legal o ilegal, no further comment. Quirino no está ya.


En fin, JT, hay mucha gente de ambos lados para mover todo eso además de beneficios reales, beneficios forzados, macuteos, y hasta canastas navideñas!

Dime ¿cómo puedo temer por mi vida si hay de por medio tantos cuartos?  Si considero el contexto macro, a pesar de la decisión del TC, no hay ninguna diferencia respeto a trabajar en un barrio caliente un día cualquiera.  Igual aquí que en Haina, en Kenya y hasta en China.

Ahora, ¿es mayor el riesgo?  Sí, amigo JT.  El riesgo de que me ataquen al enterarse de mi nacionalidad en un barrio caliente es mucho más alto.  Es mucho mayor, porque las animosidades usualmente no son macro, más bien salen de escondrijos, de los lugares más singulares, de individuos que espontáneamente gritan, luego toman fuerza, se agrupan, crecen, se deforman en su valor y cometen acciones importantes, igual sean estas matar un vil dictador, o matar a un maldito trabajador inocente.

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