La política cambiante de los proyectos municipales - conclusiones de experiencias locales


Entre los 80s y 90s, a pesar de los gobiernos de Balaguer,  los alcaldes municipales buscaron cómo llevar cierta estabilidad, sino mejoría a la gestión de la ciudad de Santo Domingo.  Hasta mediados de los 2000, todavía antes de la división de la gran ciudad, estos proyectos no involucraban más que modestos gastos públicos según estándares contemporáneos.

En la actualidad este patrón se ha visto alterado de forma abrupta, aún a pesar de las divisiones que deberían traer mejor gestión del territorio, en especial al Distrito Nacional .  Los proyectos actuales en este municipio no reportan una mejoría significativa, a largo plazo, para los ciudadanos representados, y los fondos existentes para financiar dichos proyectos son usados en buena parte para generar una campaña partidaria día a día.

El fracaso del liderazgo municipal para ejecutar proyectos de interés se debe a que:
  1. La población desconfía del gobierno municipal, y no ve los resultados-beneficios del alcalde.
  2. Los empresarios locales, en especial las pymes, (o podemos decir el pueblo en general) no ven la influencia del gobierno municipal en la prosperidad económica.
  3. Existe una incapacidad de formar alianzas que respondan a problemas importantes como la higiene pública, la vivienda de interés social y el transporte.
El resultado ha sido una reducida inversión con alto enfoque en la publicidad, como una acción de supervivencia política ante el imaginario colectivo.
“No se puede hacer una tortilla sin romper huevos”

Esta actitud proselitista lamentablemente tiene un efecto contrario, porque en lugar de esconder que no se hace lo que se debería, mas bien expone los residuos de los huevos rotos al intentar hacer una tortilla ya de por sí desabrida (como, por ejemplo, que las zonas de intervención del ayuntamiento son las más fáciles, las que más convienen a los contratistas que ejecutan los presupuestos).

Mientras, la ciudad continúa siendo surcada de forma indiscriminada para instalaciones de todo tipo, y las diferencias medidas en beneficios urbanos, sociales, siguen en aumento.

Como realizar proyectos municipales reales?  Conclusiones de experiencias locales.
A pesar de las grandes brechas, en la República Dominicana, hay ejemplos de proyectos significativos y cómo hacerlos.  Aunque el reto esté en la actitud de los representantes públicos actuales, mencionamos aquí los puntos fuertes de estos:
  1. Apoyo empresarial: las empresas de profundas raíces locales o con intereses importantes en una determinada zona han sido propulsores (aunque a veces insuficientes) de iniciativas municipales.  Ejemplos claros están en los acuerdos con el Consorcio Energético Punta Cana-Macao (CEPM) y el Consorcio Energético de Bayahibe (CEB), que ofrecen energía al alumbrado público, a las instituciones de seguridad pública, escuelas y centros de salud.
  2. Empresarios públicos: es necesario contar con figuras que permitan la continuidad a lo largo de la implementación.  Estos pueden ser los funcionarios mismos, pero también figuras de orden público (periodistas, artistas, etc.).  Estos empujarán por la consecución de los objetivos, el respeto de los derechos, y también a tratar con los críticos del proyecto.  Como ejemplo tenemos las acciones contra los niños de la calle y contra la basura en la calle, promovidas por Rafael Corporan de los Santos entre 1990-1994.
  3. Mitigación: resulta imposible realizar proyectos sociales sin generar efectos negativos.  Por eso siempre es necesario dialogar hábilmente y brindar “beneficios” a los “grupos de oposición”, es decir realizar co-proyectos que complementen de la manera que estos grupos quieren, velando por la sostenibilidad del conjunto.  Cuando se peatonaliza la Calle El Conde durante la alcaldía de Rafael Suberví (1986-1990), como siempre, el sector transporte requirió ciertas negociaciones para su relocación como rutas alimentadoras.  A largo plazo esta iniciativa ha fortalecido una calle de interés histórico, turístico y cultural.
  4. Jerarquía down-up: tomar la iniciativa cuando el gobierno central no actúa es un buen paso para demostrar capacidad y peso político y llamar la atención sobre los problemas reales de la ciudadanía representada.  En el 2012 el Ayuntamiento de Polo en Barahona hizo una declaración de emergencia después de la tormenta Isaac.  El llamado fue muy controvertido por la independencia con que se hizo frente a entes internacionales, sin embargo llamó claramente la atención pública y mostró que la “ayuda” no llegaba.
  5. Financiamiento de bajo impacto municipal:  en lugar de usar fondos propios como máquina tragamonedas, o cuando lo disponible es insuficiente, es necesario distribuir la carga más allá de las “cercanías” del proyecto.  Algunas ideas que se pueden desprender son, por ejemplo, zonificación para letreros en zonas de alto flujo peatonal, registro e impuesto para parqueadores en zonas de proyectos municipales, entre otras.  Cierto es que hay iniciativas en curso, como los parquímetros, pero es cierto que sin la confianza (en todos los niveles políticos) no se puede ir lejos.

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