Descubriendo Zanzibar City: the House of Wonders

Al día siguiente me embarqué hacia la isla de Unguja, la mayor del archipiélago de Zanzíbar. Acercarse al puerto de Zanzibar City por primera vez es cautivador. Los edificios que se levantan en primera línea son elegantes. El agua limpia brilla bajo el sol y las barcas se mecen acompasados.

En sus laberínticos callejones, el centro histórico de Zanzibar City (Stone Town, patrimonio de la humanidad desde el 2000) guarda mucha historia y arquitectura que se mantiene viva por medio de los locales que aún transmiten sus tradiciones en el hacer (aunque cada día menos) y en el decir (transmisión oral). El Beit-al-Ajaib, o House of Wonders, por ejemplo, es uno de esos edificios que se ven desde la bahía destacando con su esbelta torre del reloj. Detrás de este se esconden otros tesoritos de arquitectura, pero más agradable es descubrir en su interior esa mezcla pintoresca de estilos, ese victoriano con detalles arabescos.

Actualmente el Beit-al-Ajaib es un museo de la cultura swahili en el archipiélago. Aparte de la barca tradicional que se expone en el atrio central, las escaleras, los muebles, puertas y hasta la vista panorámica desde sus verandas son los factores que enalzan esta edificación antes usada para eventos sociales.

El fuerte de Stone Town es mejor apreciado desde la última veranda del Beit-al-Ajaib. Esta estructura defensiva fue erigida por los árabes que llegaron desde Omán (1700 circa) con materiales de una capilla y una residencia portuguesas; posteriormente usado como estación militar y prisión. Actualmente es escenario de eventos artísticos y aloja dos o tres decenas de gift shops y, como es habitual, una decena de buscones para todo lo que a uno se le pueda ocurrir.

Casi en complemento estético del Beit-al-Ajaib, los jardines Forodhani se extienden delante, dándole mucha más vida social al frente marino. Las noches de feria de comida son espectacularmente baratas y sabrosas: hacía tal vez dos décadas de cuando por última vez tomé jugo de caña. Dos veces fuí y quedé satisfecho y hasta aprendí a hacer la pizza al modo local.

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