Nota del tránsito vehicular en Rwanda

Rwanda es un país muy pobre, con gente que no come galletas de tierra porque todavía tienen plátanos y yuca y unos pecesitos que comen fritos del lago Kivu. El gobierno, como en muchos países en desarrollo, está lleno de gente orgullosa y engreída –cosa también normal en República Dominicana. En algunos asuntos esto le favorece al país porque hace que el liderazgo sea decidido y activo, pero en otros les hace perder en un limbo y parecer mas bien animales salvajes. Por ejemplo, los médicos ruandeses se creen la gran figura cuando son los únicos a los que no se les permite practicar en otros países africanos –es decir que los vecinos le tienen miedo.

Esta arrogancia también la tiene el cuerpo policial, incluido la policía de tráfico. Estos policías que tratan a diario gente con cierto poder económico –porque para tener un carro aquí hay que tener dinero– tienen grandes deficiencias con las lenguas oficiales del país que no son la local, inglés y francés, incluso en la capital. A pesar de esto ponen multas a diestra y siniestra a los extranjeros y locales que viven en la ciudad sin poder siquiera explicarse.

Esto lo quise comentar porque recientemente estuve presente mientras a un amigo le ponían una multa por estacionarse sobre la acera peatonal. Cuando el agente pedía los documentos de mi amigo le pregunté: 1) si acaso había visto todos los demás vehículos que estaban ahí antes; 2) si los había multado; 3) si había cogido dinero; hasta que me incomodé y le quité los papeles de la mano y le dije que hasta que no explicara algo no podía poner una multa. Entonces llamó a sus colegas y le iban a poner un tranca-gomas al carro. Mi amigo tomó los papeles y se los dio. Al final de cuentas, multa. Pero no una multa cualquiera, una de 150,000 francos ruandeses, equivalente a 260 dólares, un monto que apenas una muestra médica de la población con vehículo puede pagar. Esa es la sanción por estacionarse de forma incorrecta.

Después de esa me hierve la sangre cuando veo un policía de tránsito, especialmente porque el otro día, saliendo de Kigali, me encontré con el caso de un tipo conduciendo un vehículo aplastado al que pude tomar la fotografía. Barbarasos!