Siluetas y rodillas

Al día siguiente, antes del safari, fuimos a un centro de conservación de jirafas.

Las jirafas parecen animales domésticos, casi como los perros. Vienen y se acercan a comer de la mano del hombre y de la mujer que tenga la purina que le dan. Las jirafas son dóciles y lentas, con su cocotazo gigantesco y unos ojos que parecen el Mar Muerto. No es que me gustara mucho ni el entretenimiento de darle comida, ni los shillings de la entrada. Pero esta pose, dando la nalga al público, me pareció provocadora de parte de esta jirafa teenager.

A la derecha de la jirafa, unos jabalíes comían arrodillados.

Como si ya supieran que dan para un buen asado navideño y se arrodillaran para que los maten cuando están comiendo. Lamentablemente, en el restaurante “Carnivore” no tenían. Lo único “especial” que tenían eran albóndigas de avestruz.

Qué? Claro que comí avestruz! Sabía a pollo mezclao con puerco.

Comentarios

mierquina tulio. a mi me encantaría pasar un momento en África...
Tulio Mateo dijo…
Eres bienvenido..
Pero traeme algo: un salami super especial de Induveca y un Brugal.

Sinceramente me hacen falta.

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