Jociando trabajo en la ONU


Las Naciones Unidas son un organismo de política y burocracia, tal como apunta el Sr. Lara Peña en su artículo «¿Desea trabajar en la ONU?».

Trabajar en la ONU implica que, dependiendo del sector, se puede pasar toda una semana (o más) enviando cartas, emails y reuniones, y nada más. Sin resultado concreto, visible, para algunas organizaciones y sectores más que otros, por largos períodos de tiempo. Pero eso no quita que se deba trabajar en lo mismo, horas tras horas, días tras días, con el objetivo general de “mejorar las condiciones de vida en el mundo”. Y que al final se tomen un par de fotos que casi no las verá nadie en ese mismo mundo (porque ¿quién entra regularmente a ver las noticias en el website de la ONU, o sigue en profundidad las colaboraciones Gobiernos-ONU?).

Bien, y volviendo a lo de jociar trabajo, ciertamente hay que ser afortunado para entrar (pregúntenme a mi); luego que le guste a uno lo que hace; y luego para querer mantenerse, no sólo por las condiciones laborales sino por el trabajo mismo. Lo digo porque un profesional ya con 40 años, con 3 hijos se puede acomodar fácilmente a las condiciones de trabajo, aunque el trabajo sea un disparate y no le guste, sólo porque la ONU paga entre el 80 al 100% de la escolarización de hijos dependientes de empleados internacionales, sin importar la escuela. Eso, al final de la cuenta, es como crear una centena –o más– de botellas y botellitas que viajan Business Class por el mundo.

Un gran paso previo a entrar en las Naciones Unidas (y en el plano de la cooperación internacional en general) es entender que el CV importa; que los estudios realizados, las actividades extra-curriculares y pasantías (internships) de corta duración (pagadas o no) cuentan mucho. Que todo esto pasa a ser una sopa enriquecida de cualidades profesionales y personales, y que uno debe sacarle el jugo cuando prepara su CV para aplicar a esos puestos deseados. Eso no es una costumbre de cada día en la isla Quisqueya.

Pero, igual que como dice el Sr. Lara, el factor humano influencia también los procesos de selección. Y en muchos casos esto pasa seguido con interns, UN Volunteers y consultores (y ocasionalmente personal fijo), quienes son seleccionados y/o renovados con apoyo “múltiple” –nunca en solitario de una persona, aunque tal vez promovido por una persona.

Puede parecer malo, pero también es la única forma que un joven tiene para seguir a bordo luego de que puso un pie en el barco (pregúntenme a mi). (Vale mencionar que las oficinas llevan un registro de consultores seleccionados de forma directa y son presionados para reducir dichas contrataciones).

En fin, las puertas son pequeñas, pero hay que estar atento y empujarlas todas. No sólo tocar el timbre. Mejor aún, empujando la puerta con un plan en la mano (porque a muchos principiantes incluso les piden que se auto-preparen los Términos de Referencia de un trabajo que no conocen. ¡Qué rayos!)

Ser dominicano no es una desventaja. La desventaja es no estar informado, no querer perseverar. Ahí mismito se cierran las puertas.
(Pero igual hay que tener suerte)

Comentarios

Ana Mateo dijo…
Me alegro que resaltes el hecho de que venir de nuestra pequeña isla no es una desventaja. Realmente es así.. Muchas veces se escucha gente (en todas partes del mundo) resaltando que el ser extranjero, específicamente de América Central / Caribe o del Sur es una barrera y que hace las cosas más complicadas.. y si a eso le sumamos la crisis... pues es hora de ponerse a llorar ..
Tu eres un vivo ejemplo de que la constancia, la insistencia, la búsqueda y el buen trabajo pueden abrir puertas... así como también lo es el relacionarte con las personas adecuadas..
Sigue así hermanito! Eres, a parte de mi (jejeje), orgullo familiar!

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