Los cuadritos de Aquileia
Su Basílica podrá no ser impresionante al exterior como la de San Marco, pero en su interior hay toda una sucesión de capas históricas que los italianos han logrado conservar y exponer de forma especial. Se accede y se va desde el inicio por una extensa pasarela de cristal sobre la que se puede explorar la simpleza de las figuras representadas. Ellas, en sí, son graciosas, como todas las representaciones en mosaicos. El gallo y la tortuga juntos era la representación más atrevida de ese tiempo (tal vez). Los frescos de las cámaras subterráneas completaron un agradable recorrido.
Es el pavimento de mosaicos romanos más grande del continente europeo, parte de las razones que le hacen Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Sin embargo, el recorrido no terminó ahí. Como si fuera masoquista fui al Museo Arqueológico de Aquileia, en el que se exponen tal vez una centena de mosaicos más. Aprendí que mientras más pequeñas son las piezas, más antiguo es... y después de ahí se me borró todo. Empecé a ver en cuadros, pixelado...
Comentarios