Hoy es domingo
Dos semanas después de unas vacaciones inventadas en un país sin salida al mar, estoy sentado en la terraza de la casa con los pies etericao sobre una mesita, mientras ya Nathalie se pasea otra vez por tierras bárbaras (sí, triste...).
Sabiendo que nunca terminé Mario 1, espero que el monstruo que enfrentaré en los próximos días sea fácil de derrotar. Algo así como la Sirena comiendo hot-dog de Coney Island. Un monstruo así se mata con una CocaCola, no?
En fin, luego de tanto tiempo lejos del teclado, me pongo a escribir para coger algo de forma antes de los eventos y tener la mente preparada para un abrupto mínimo de cosas.
Ayer fue la celebración de la Confederación Helvética, la Suiza, y como en este mundo paralelo de cooperación los extranjeros encuentran siempre una excusa para volverse locos, terminé en la fiesta de los suizos. Comí salchichas a la parrilla, practiqué lucha suiza sobre acerrín, bebí tinto como un loco y terminé borracho jondiándome a dormir en una hamaca. Después de un rato, uno me fue a despertar diciendo que todo el mundo se había ido del patio y sólo estaba yo ahí afuera. Al final subí a unirme a los demás borrachos. No seguí bebiendo y el jumo se esfumó entre miradas a los demás y una posterior espera del taxi.
Dino Bonao no estaría contento en esa fiesta. Digo: pienso yo... porque no había ningúna señorita de culo grande, representativo de Latinoamerica o Africa, de esas que él menciona regularmente. Pero su post de hormigas me dejó pensando en trabajo y señoritas de... conclusión en cascada: qué tanto joder para estar jodío, fuera o dentro de mi país –un país que siempre se dibuja hermoso.
Sobre las colinas el sol brilla, y yo me preparo para los próximos días y los próximos posts aquí y allá, recordando que al final, para encontrar cosas buenas, ningún lugar está lejos.
Comentarios
Tengo una anécdota graciosa sobre luchas sobre acerrín, es simplemente clásica. Sólo te cuento que uno de los luchadores corrió hacia al otro gritando: "La furia del tigre!" Y el otro le dio una patada en el mismo centro de la barriga. El Tigre cayó sentado sobre el acerrín, algo común. Lo que no nos esperábamos los espectadores era que al Tigre cagado, se le olvidó que con diarrea no se pelea.
Saludos brother.
Vamos a ver qué nos depara los próximos días.. esperemos más surrealismo..