Aprendiendo de finanzas
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Mi «cartera de clientes» siempre ha necesitado dinero con cierta regularidad. Siempre prometen que van a pagar y debido a la cercanía, a pesar de ser riesgoso, he aceptado correr el riesgo. El camino a tomar en la disyuntiva fue siempre el mismo: sí.
Hoy, cuando mi sistema de emisión y cobros cambia por la participación de un socio, me veo envuelto en hacer reajustes que implican conciliación de deudas y suspensión –o mejor dicho modificación– de contrato. Estas cosas no las imaginé nunca cuando en 1998 hice el primer préstamo para que un amigo pagara la gasolina del carro de su papá y fuera a un motel (RD$250 ~ 4€). La suma en cuestión hoy es obviamente mucho más alta, y el riesgo debería reportar mayor beneficio. Pero esto no funciona así: ahora debo también pensar en un plan de mercadeo para garantizar un beneficio a pesar de los nuevos inconvenientes. No es posible detener la entrada por 6 meses.
La crisis está afectando, pero donde la economía informal abre “opciones” a este tipo de negocio como en RD también se crean opciones para el cambio, para arriesgar, para seguir con la vida, porque es así... El tiempo pasa, la gente debe vivir y las ciudades siguen creciendo altas y largas, y para eso se necesita dinero ($,€, etc).
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