Imaginarse bajo el Arno
Desde lo alto de la colina, justo al lado de San Miniato, se puede ver la semilla católica sembrada en el valle.
Más ahí, justo donde se concentra la multitud se oculta un secreto tan grande como la cúpula de Brunelleschi: la Santa de las Flores no es tan perfecta; ha robado su puesto a la Recavata. Tampoco es para caer como Condorito, pero así la Firenze ha llevado adelante su nombre, de iglesia en iglesia, de verde y blanco, de escultura a pintura, por los siglos de los siglos.
Comentarios